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Una vez que terminamos de describir y explicar todo el proceso de elaboración de un libro, desde la idea hasta el diseño, nos falta recurrir a la impresión, una actividad totalmente diferente a la editorial.

En términos fáciles, la impresión es la aplicación de tinta sobre el papel. Existen tres pasos básicos para la manufactura de un libro:
Composición: es el arreglo de las palabras que serán reproducidas con la impresión de la página.
Impresión: la aplicación de la tinta en el papel empleando una prensa plana de tipos metálicos.
Encuadernación: es decir, doblado, ordenamiento y sujeción de las hojas impresas.
La placa es una hoja delgada de metal (aluminio). Dicha placa se puede almacenar fácilmente para ser utilizados en posibles reimpresiones. El transporte del negativo a la placa (se sensibilizan únicamente letras e imágenes las cuales retendrán la tinta para la impresión).

La impresión offset es la forma más familiar de la impresión litográfica y la más utilizada para la impresión de libros. Una ventaja es que puede imprimir la composición tipográfica, dibujos, fotos y manuscritos simultáneamente.

La serigrafía actualmente se usa nylon, algodón y malla metálica no es viable para la impresión de libros. Es la forma más sencilla de impresión; fue traída por los orientales y se utilizaba la pantalla de seda.

Los tipos de prensas son: especializadas que son tanto en impresión directa como offset; y las prensas perfeccionadas que imprimen ambas caras de una hoja. Simultáneamente imprimen sobre un rollo de papel continuo y se utiliza para un tiraje mínimo de diez mil ejemplares.

La encuadernación implica doblar y compaginar las hojas. Los tipos de encuadernación son los siguientes:
Encuadernación americana: los libros de bolsillo, consiste en que luego de ser refiladas por los cuatro lados, las hojas se prensan y se les aplica un pegamento especial.
Encuadernación rústica: forma intermedia entre la cosida y la frágil, que utiliza pegamento para sujetar las hojas. En la parte del lomo se hacen perforaciones.
Impresión de forros: no corresponde a la encuadernación pero está estrechamente ligado, hay que planear los materiales para lograr un forro que sea atractivo y barato.


El papel: el editor debe conocer algo acerca de papeles que se emplean en la producción de libros. Necesita distinguir los tipos principales y la impresión adecuada para cada uno; así como conocer sus diferencias. Un editor sensato buscará los consejos de los impresores; además de que prever en que tipo de papel se va a imprimir el libro es una de las formas más fáciles de incrementar su margen de ganancia.
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